Las semillas tienen un alto contenido de proteínas y nutrientes, que pueden servir para prevenir ciertas enfermedades. Por eso, a la hora de alimentarse bien, te presentamos aquellas que presentan un mayor poder curativo, y que, por tanto, no pueden faltar en una dieta equilibrada.
Las semillas tienen un alto contenido de proteínas y nutrientes que pueden ayudar a prevenir ciertas enfermedades. Por tanto, se trata de alimentos ideales para complementar las dietas saludables y equilibradas. Son una buena fuente de grasas saludables, de proteínas, fibra y minerales como calcio, zinc, cobre y magnesio, entre otros.
Son productos que brindan saciedad y favorecen el sistema de defensa del cuerpo; la fibra ayuda a la salud digestiva y sus antioxidantes contribuyen a combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro y diversas enfermedades degenerativas.
Dado que son la unidad de reproducción de las plantas, hay cientos y sus fuentes son tan diversas como sus tamaños y colores. Sin embargo, algunas son clave para que siempre hagan parte de la alimentación, pero sin consumirlas en exceso.
Semillas de calabaza
Aportan diversos beneficios, debido a que son ricas en omega-3, fibras, grasas buenas, antioxidantes y minerales como hierro y magnesio. Pueden ser incluidas en la dieta, para mejorar el funcionamiento tanto del cerebro como del corazón, así como para favorecer la salud intestinal y disminuir la inflamación en el organismo ocasionada por diversas enfermedades, según información del portal portugués de bienestar y salud Tua Saúde.
Además, contienen vitaminas A y E, que son antioxidantes naturales, y cucurbitina, un aminoácido, que contribuye a mejorar la salud de la próstata y aporta algunos minerales como el zinc.
Semillas de chía
Según la Sociedad Americana de Nutrición, este alimento contiene hasta cinco veces más calcio que la leche, por lo que es ideal para la dieta de personas intolerantes a la lactosa y los veganos.
Adicionalmente, estas semillas contienen más proteínas que las verduras, son tres veces más ricas en hierro que las espinacas, aportan el triple de antioxidantes que los arándanos, tienen dos veces más potasio que un plátano y poseen el doble de fibras que la avena.
Dentro de sus beneficios para el organismo destaca que generan saciedad, favorecen la hidratación, aportan energía y ayudan a aumentar la masa muscular, entre otros, según información del portal Mejor con Salud.
Semillas de cáñamo
Se destacan por su alto contenido en proteínas vegetales, que ayudan al desarrollo de los músculos y la regeneración de tejidos. De acuerdo con un artículo publicado en el diario La Vanguardia, este es un cereal energético con alto contenido en hierro.
Entre las grasas del cáñamo se encuentran ácidos grasos esenciales como el omega-3, que ayuda a combatir problemas como el colesterol. Su aporte en fibra hace que sean una buena solución contra el estreñimiento. Por otro lado, son ricas en calcio, fósforo y magnesio, que regula el funcionamiento del sistema nervioso.
Semillas de lino
Este alimento tiene un alto contenido en fibra soluble e insoluble que ayuda a regular el tránsito intestinal. También es rico en ácidos grasos omega-3, esencial para cuidar la salud de todo el cuerpo, pero sobre todo, la del cerebro, el corazón y la piel. Adicionalmente, contiene hierro, importante para el transporte de oxígeno en el organismo y aporta calcio, fósforo y magnesio.
Semillas de sésamo
Gracias a su riqueza en calcio es un buen sustituto para aquellas personas que no consumen lácteos. Estas semillas, además, contienen vitamina E, antioxidante natural y vitaminas del grupo B, que son las responsables del normal funcionamiento del sistema nervioso y del mantenimiento del estado normal de uñas y cabello. Son ricas en ácidos grasos poliinsaturados como omega-3 y 6, que ayudan a disminuir el colesterol y, por lo tanto, previenen enfermedades cardiovasculares.
Semillas de girasol
Estas semillas aportan diversos beneficios para la salud, debido a que contienen grasas insaturadas saludables, proteínas, fibras, vitamina E, selenio, cobre, zinc, folato, hierro y fitoquímicos. Pueden consumirse mezcladas en ensaladas de verduras o de fruta, en batidos, jugos o agregarse a la pasta, por ejemplo. Además, se pueden encontrar con cáscara o sin cáscara, crudas o asadas, con o sin sal. Según Tua Saúde, a partir de estas se puede producir aceite, el cual posee varios beneficios, como proteger las células del organismo.