Los expertos recomiendan evitar las llamadas “dietas milagro”. En su lugar, es preferible integrar hábitos de vida saludable en el día a día. Durante el invierno es muy común acumular unos kilos de más debido a una rutina y a unos hábitos de vida más sedentarios que suelen estar condicionados por el tiempo y los días de frío. Por ello, con la llegada del verano, la preocupación por la pérdida de peso se acrecienta y se recurre a la llamada «operación biquini»: dietas y prácticas que, aunque prometen resultados inmediatos, pueden poner en riesgo la salud.
«Muchas personas acaban cayendo en la trampa de seguir la «operación bikini», con dietas con las que, supuestamente, eres capaz de adelgazar muchos kilos en poco tiempo y sin apenas esfuerzo. Sin embargo, estas prácticas no son beneficiosas para la salud y, además, con el paso del tiempo suelen producir el llamado «efecto rebote»», explica Eva M. Bautista, nutricionista de Sanitas. “Estas pérdidas de peso drásticas suelen acabar en fracaso. La solución pasa por hacer cambios importantes en los hábitos de vida poniendo siempre el foco en el bienestar y en la salud”.
Di no a la ‘operación bikini’
A este respecto, Lina Robles, nutricionista del Hospital Universitario de La Zarzuela, advierte que la falta de nutrientes que caracterizan a algunas de estas “dietas milagro” de la «operación bikini» pueden acarrear problemas más graves como el estreñimiento, carencias de vitaminas y minerales, problemas de ácido úrico o incluso problemas renales, ya que, según explica Robles, el exceso de proteína afecta al riñón.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas han elaborado un listado de pautas a considerar para llevar a cabo una alimentación efectiva y saludable:
- Alimentos variados y de proximidad. Optar por la dieta mediterránea, productos de kilómetro cero y de temporada es una muy buena opción para alimentarse día a día de manera saludable y notar cambios en el organismo. Además, la dieta escogida debe aportar todos los grupos de alimentos en su frecuencia recomendada, para evitar posibles déficits nutricionales.
- Controlar la distribución de las calorías. La ingesta de calorías al día debe realizarse en función de las características de la persona y respetando el proceso de hambre y saciedad. De esta forma, la distribución de calorías se debe repartir a lo largo de todo el día en las diferentes ingestas.
- Cocinar de manera saludable. Evitar preparar platos fritos es clave. En lugar de ello, se aconseja cocinar al vapor, a la plancha, asados o al horno. Asimismo, para cocinar de manera saludable es preciso utilizar el aceite de oliva virgen extra y aparcar otros productos como la mantequilla.
Un par de consejos más
- Hidratarse debidamente. Cumplir con la hidratación es primordial. En este aspecto, los expertos aconsejan beber a lo largo del día, respetar el proceso de sed e incluir frutas y verduras que nos ayuden a aumentar su consumo, cantidad suficiente para estar bien hidratado y poder ir al baño de manera correcta. De lo contrario, es posible que se produzca un aumento de acumulación de las toxinas y sea más difícil perder peso. Asimismo, se deben aparcar las bebidas carbonatadas y refrescos reservándolas para ocasiones especiales.
- Ejercicio de manera continuada. Realizar ejercicio de manera semanal, o incluso diaria, es fundamental para mantener el cuerpo activo y contribuir así a perder kilos de manera saludable. Sin embargo, la mejor opción es comenzar efectuando una actividad física que no sea muy intensa y que se pueda realizar día a día de tal manera que impulse la motivación personal y asegure el progreso. A este respecto, caminar 6.000 pasos al día, como recomienda el proyecto Healthy Cities de Sanitas, es muy buena opción para comenzar a activar el cuerpo e incorporar este ejercicio en la rutina.