Según un reciente estudio, de la prestigiosa Clínica Mayo, la dieta mediterránea puede ayudar a tratar y prevenir este trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por la sensación de abatimiento. Aquellos participantes en los análisis, que siguieron la dieta mediterránea, tuvieron cerca de un 35% menos de riesgo resultar diagnosticado con depresión. Por contra, las dietas ricas en carnes procesadas, grasas insaturadas y alcohol son más propensas a desarrollarla.
Nuestra ancestral dieta mediterránea –rica en verduras, en fruta fresca, pescado, frutos secos, aceite de oliva…— podría ayudara tratar y prevenir el riesgo de depresión , según ha podido comprobar un nuevo estudio científico de la estadounidense Clínica Mayo.
La investigación, publicada hace escasas fechas en los principales portales médicos, llevó a cabo un concienzudo análisis basado en cuatro decenas de estudios clínicos sobre el tema, y pudo encontró un vínculo entre la dieta seguida por los individuos involucrados en los mismos y sus posibilidades de desarrollar depresión.
La saludable dieta mediterránea
Las personas que siguen una estricta dieta mediterránea tuvieron cerca de un 35% menos de riesgo de sufrir diagnósticos de depresión, en comparación con personas que eran menos propensas a seguir los buenos hábitos alimenticios que propugna la dieta mediterránea. Esto es, un elevado consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos…), pan y otros cereales (siendo el trigo el alimento base), y el aceite de oliva como grasa principal.
No en vano, este método de alimentación natural fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, en 2010.
«Hay evidencias convincentes que muestran que hay una relación entre la calidad de la dieta seguida por una persona y su salud mental», ha aclarado Camille Lassale, investigadora asociada del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College de Londres. «Esta relación va más allá del efecto de la dieta en la talla, el peso en báscula de su cuerpo u otros aspectos de salud que puedan afectar su estado de ánimo».
De hecho, la dieta mediterránea contribuye a tener un cerebro más joven y saludable. Y es que, a medida que envejecemos, nuestros cerebros se van reduciendo de forma natural. Y por tanto el riesgo de sufrir derrame cerebral, demencia o Alzheimer aumenta.
Un cerebro más joven y saludable
Pero los científicos saben que las personas que hacen ejercicio regularmente, que comen una dieta sana, que evitan fumar y que se mantienen mentalmente estimuladas, tienen por regla general cerebros más sanos que otras personas que no cuidan de su dieta y ejercicio. Este último estudio muestra cómo la dieta mediterránea puede hacer que el cerebro sea unos años más joven.
Los investigadores descubrieron esto observando los cerebros de 674 personas con una edad promedio de 80 años. Les pidieron a estas personas mayores que completaran encuestas sobre comida respecto a lo que comieron en el último año y los investigadores escanearon sus cerebros. El grupo que llevaba la dieta mediterránea tenía cerebros más pesados y con más materia gris y blanca.
La dieta mediterránea es relativamente simple de seguir. Incluye la ingesta de alimentos hechos en su mayoría de plantas: vegetales, frutas, granos y cereales. Puedes comer pescado y aves de corral al menos dos veces por semana. No tienes que dejar los carbohidratos; de hecho, debes incluir tres porciones de esos al día, en especial de la variedad de granos enteros.
Una investigación más reciente de la dieta mediterránea agrega otra evidencia de que la dieta es probablemente el camino a seguir. Se ha demostrado que es clave para ayudarnos a vivir más: ayuda a controlar mejor el peso y puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer y de enfermedades cardiovasculares.