La calidad del desayuno de los niños españoles –por mucho que este país pase por cuna de la dieta mediterránea– no es todo lo buena que debería. La primera comida de la mañana, con la importancia que conlleva, se toma al perecer a la ligera por la mayoría de los progenitores, que permiten que la bollería industrial sustituya a alimentos más saludables, como la fruta.
Esta misma semana, en Twitter, fue ‘trending topic’ con su correspondiente polémica, el tuit de una nutricionista que señalaba que su hijo no sabía lo que era una galleta, y que era feliz desayunando garbanzos; un gesto que sumó defensores pero también críticos. Y tanto el diario 20Minutos como El País se hicieron enseguida eco del debate de la calidad del desayuno de los niños españoles.
El desayuno de los niños españoles
Según explica a 20Minutos el jefe de servicio de Endocrinología del Hospital de Albacete, Francisco Botella, el desayunar alimentos poco habituales pero muy saludables, como los garbanzos, en la primera comida del día «no tiene, en absoluto, ninguna pega».
De hecho, afirma que tiene más sentido desayunar alimentos como las legumbres, que «son excelentes y muy recomendables, que un batido de cacao con más del 70% de azúcar, o que una pieza de bollería industrial, elaborada con aceites muchas veces no muy saludables».
Y es que, a juicio de Botella, quien también es miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), en los desayunos de los niños españoles «hay un excesivo consumo de productos azucarados, de bollería industrial de todo tipo y, además, muchas veces el lácteo es sustituido por batidos o lácteos azucarados. La alimentación infantil en España, en general, deja bastante que desear», sentencia el experto.
Los pediatras recomiendan
Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), el coordinador de su comité de Nutrición, José Manuel Moreno, señala que la calidad del desayuno de los niños es mejorable y apostilla que se dedica poco tiempo a esta primera comida del día, la mayor parte de las veces con la «excusa» de la falta de tiempo.
«Suele ser bastante rápido, con alimentos de consumo rápido, poco variado, que tiene lo mínimo, como un lácteo, acompañado de hidratos de carbono y pocas veces con la presencia de fruta», explica Moreno. Según apunta, solamente uno de cada tres niños «más o menos» hace un desayuno con una variedad completa de alimentos.
¿Y cómo es un desayuno equilibrado? Pues tal y como explica Botella, consiste en cualquier lácteo no azucarado, un poco de pan, «si puede ser integral, ya sería la bomba», con aceite y algún alimento rico en proteínas y sin mucha grasa como el fiambre de pavo. La fruta también es recomendable, aunque también se puede ofrecer a la hora del recreo.
En este sentido, el coordinador del Comité de Nutrición de la AEP señala que es mejor la pieza de fruta, que un zumo, y que también es buena opción para la primera comida del día los cereales que están poco refinados, además del lácteo. Por eso, los expertos insisten en que la falta de tiempo de los padres puede sonar a «excusa» porque no se tarda nada en preparar una rebanada de pan con aceite, un vaso de leche y una pieza de fruta.
Acostarse antes
No obstante, Moreno sí sostiene que en España los niños se acuestan «un poco tarde», en comparación con otros países europeos, y a la mañana siguiente apuran más en la cama con lo que sí que pueden contar con menos tiempo antes de ir al ‘cole’.
Conductas como la sustitución de la bollería industrial por el pan, hacen que España «deje de lado» la dieta mediterránea, según los expertos. «Sí es verdad que lo de la dieta mediterránea lo llevamos más en la boca que en la práctica», apostilla Moreno, mientras que Botella lamenta que en España un bollo cueste mucho menos que una tarrina de fruta cortada. Para mejorar la situación, coinciden en la promoción de políticas de los alimentos saludables porque, tal y como opinan los expertos, no es lógico que comer mal sea más barato que hacerlo bien.
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