La relación entre alimentación y envejecimiento

alimentación y envejecimiento

Tal y como explica Javier Aranceta, doctor en Medicina y Nutrición, hay una estrecha relación entre alimentación y envejecimiento. Los procesos de maduración inducen cambios importantes en el organismo de todos los seres vivos. Se van produciendo alteraciones más o menos significativas en la digestión, absorción y metabolismo de algunos nutrientes, pérdida de masa muscular, y alteraciones en los sistemas de vigilancia y reparación celular.

En los humanos se aprecian modificaciones en la composición corporal y en la funcionalidad, que van progresando de forma muy personalizada a partir de los 30 años. En algunas ocasiones esto puede desembocar en la figura del anciano frágil o en una mayor susceptibilidad a padecer diferentes alteraciones de salud. De ahí la importancia de tener en cuenta la relación entre alimentación y envejecimiento.

La alimentación y el envejecimiento

Según el doctor Javier Aranceta, y desde el punto de vista de la promoción de la salud en los adultos mayores, podemos plantear las recomendaciones o los programas de intervención pensando en tres niveles:

  1. El primero, relacionado con asegurar o mejorar la cobertura de las necesidades nutricionales, trabajando el tema de preparaciones gastronómicas, texturas, ingredientes en los distintos platos, moderación con el consumo de sal, azúcar y grasas, horarios de las distintas comidas, etcétera.
  2. El segundo, aplicando consejos dietéticos para conseguir mejoras en las alteraciones de salud que hayan podido aparecer en esa etapa de la vida. Tales como artrosis, mala circulación, hipertensión, hipercolesterolemia…
  3. Y el tercero, orientado a modular los procesos de envejecimiento, con la idea de dar años a la vida, pero también más vida a los años.

Para entendernos, este último punto se sustenta inicialmente sobre los dos apartados anteriores, pero tiene importantes peculiaridades propias y de cierta complejidad. La idea que viene planteando la comunidad científica se relaciona con el interés de la denominada restricción calórica y su relación con la prolongación de la vida.

alimentación y envejecimientoSi a esto le añadimos un plus de actividad física que mejore nuestro tono muscular, el aumento de la masa muscular y la fuerza sobre todo en el tren inferior (cadera y piernas), habremos dado un importante paso adelante.

Restricción calórica

El método de restricción calórica consiste en disminuir en un 10-20% la ingesta de calorías en nuestra alimentación, pero manteniendo los niveles adecuados de vitaminas, minerales y otros componentes bioactivos que, en algunas ocasiones, habrá que suplementar o incorporar a partir de alimentos que tengan una alta densidad de determinado o determinados nutrientes o fitocomponentes (diversas semillas, levadura de cerveza, germen de trigo, aceites de pescado, cúrcuma, etcétera).

En el campo de la biotecnología,  se está trabajando e para disponer de microorganismos específicos que disminuyen con la edad en el seno de la microbiota y que también pueden ayudar a frenar los procesos de envejecimiento y la involución cognitiva. Estas familias de microorganismos podrán vehiculizarse en forma de probióticos o simbióticos nanoencapsulados para que tengan una alta biodisponibilidad en la zona blanco del intestino. Estos biocomponentes podrían ir acompañados de diversos metabolitos generados por la microbiota y que sean de interés para la salud y la calidad de vida.

En resumen, la dieta moderadamente restrictiva pero equilibrada y la actividad física diaria adecuada pueden frenar los procesos de envejecimiento a partir de incentivar la presencia de las sirtuinas, enlentecer el acortamiento de los telómeros y mejorar las vías metabólicas que regulan el aclaramiento de los radicales libres. Todo con permiso de la genética heredada.